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YARACUY Y SU GASTROMIA

 

En toda la geografía yaracuyana, se elaboran sus distintos platos típicos como las hallacas de quinchocho, el mute de chivo, los distintos platos preparados con plátanos como el arifuque y el cosuco, exquisito plato elaborado con pescado aderezado con especies envuelto en hoja de plátano; las sazonadas caraotas negras, la falda nirgueña, las cachapas, los bollitos pelones, la sopa de arroz.

Con respeto a su dulcería, podrá degustar e churruchuchú, receta elaborada con plátano maduro en almíbar con especies dulces y queso blanco rayado, el cambúr pasado, banano azucarado deshidratado, el exquisito pavito, rollete envuelto con dulce de plátano, la torta de pan viejo, los dulces de lechosa, de leche y de naranja, así como los melindres, mostachones, gofios, alfeñiques; majarete, exquisita mezcla de harina de maíz, canela, leche y coco rayado; el pan de horno, rosquetas, cantinolloras, masatos y mazamorras.

En cuanto a bebidas, se ofrecen el guarapo de  caña, papelón con limón, chicha de maíz, la guarapita, la leche de burra y bebidas calientes como chocolate, café, té, quimbombó y manzanilla.

 

COSTUMBRES

 

La población yaracuyana posee costumbres muy sencillas e ingeniosas, desde su pintoresco dialecto en la vida diaria hasta los juegos populares. En cuando dialecto podemos destacas palabras características de la región como: “SOCO” y/o “SOCOBO”, “MARUZA”, “BASIE”, y el característico “NA’GUARA” típico de los Estados Lara y Yaracuy.

 

FOLKLORE

 

El folklore del Estado, fiel reflejo de lo autóctono de su pueblo, nos abre sus puertas para presentaron su ingenuidad, tradición, gentilicio y sencillez. Existen variadas fiestas celebradas a lo largo y ancho de la geografía regional, donde usted podrá ser testigo del calor humano y la alegría de este sencillo y acogedor pueblo yaracuyano.

MANIFESTACIONES POPULAREs Y/O RELIGIOSAS

 

FIESTA DE SAN JUAN BAUTISTA

 

            El valle de Yaracuy, de vocación netamente agrícola fue habitado desde tiempos muy antiguos por numerosas comunidades indígenas. A la llegada de los españoles, en búsqueda de metales preciosos, se vieron en la necesidad de establecerse definitivamente y con ello, la necesidad de mano de obra negra.

            Fue así como se unieron tres culturas produciendo el mestizaje, presente en cada una de las manifestaciones populares y folklóricas diseminadas a lo largo y ancho de la geografía venezolana y por ende del Estado Yaracuy.

            Una de las fiestas folclóricas más conocidas es la del Baile de San Juan Bautista. Esta expresión se inicia el día del solsticio de verano, generalmente el 23 de junio en horas de la tarde, cuando se pide permiso en la casa donde ha permanecido el Santo durante todo el año. Para sacarlo a golpe de los tambores y las maracas a recorrer el pueblo, acompañado de banderas amarillas, para simbolizar las mariposas que abundan durante el mes de junio.

            Esta fiesta es conocida en toda Venezuela, pues las comunidades negroides existentes en nuestro país la han sabido difundir. Esta expresión folclórica se conoce en las comunidades yaracuyanas de Agua Negra, Farriar y Palmarejo; es una tradición originaria de África, con  mezclas de elementos hispánicos, que datan de muchos años en nuestras comunidades negras. Consiste en el culto o veneración a la imagen de San Juan autista celebrada con tambores cantos negroides y bailes alusivos a la festividad.

            Para el día 23 de junio, se reúnen los “sanjuaneros” o “parranderos”,, con sus respectivos tambores y maracas concentrándose en un lugar específico, previamente elegido para ello. Allí comienzan la primera parte del Baile que es el “sangueo”, sirviendo para acompañar la parranda por las calles, exhortando a la población para que se una a las festividades. En su recorrido, el Santo entra a cualquier casa y allí se tocan “corrios” y “golpiaos” y que se acompañan de “luangos” o tambores largos que se repercuten con tóricos.

            Entrada la madrugada del 24, se encamina el santo hacia el río y ahí las madrinas lo bautizan hasta que queda completamente mojado para continuar la fiesta. Este ritual se hace porque según la creencia popular se dice: “Que el santo purifica el agua y todo el que se bañe en el río con Fe atrae la buena suerte durante todo el año”.

            Muy ligada a esta celebración, están las creencias populares entre las que se encuentran el cortarse el cabello, porque esta fecha lo hace “crecer” más rápido y abundante, colocar un huevo en un vaso con agua, donde se dibujará el futuro. También la colocación de dos agujas en una ponchera con agua, esperando que ambas tomen su dirección dentro de la misma; su lejanía o cercanía indicará el futuro de la relación amorosa.

            Poblaciones como Farriar, El Chino, Agua Negra y Palmarejo, constituyen el más rico legado cultural del Estado Yaracuy, al celebrarse allí los tambores de Veroes, que sin lugar a dudas, son la más bella mágica y verdadera expresión cultural del pueblo yaracuyano.

 

VELORIO DE LA CRUZ DE MAYO

 

            Se celebra el 3 e Mayo. Consiste específicamente en la conformación de grupos cantantes 8hombres exclusivamente), en grupo de tres o más dúos, quienes cantan a dos voces; es decir uno haciendo la voz normal y otros haciendo la segunda voz u octava de la voz normal, en esta modalidad de cantarería religiosa, una persona, la más conocedora o versada reparte las letras que los grupos de dúos interpretan.

            Al velorio concurren los miembros de la comunidad, personas devotas y cantantes populares que se agrupan espontáneamente, los mismos interpretan la salve y otras décimas. La duración del velorio está dada por el deseo de los organizadores, se utiliza el cuatro como instrumento musical y puede usarse más de uno.

La cruz y el altar son previamente adornados con flores, lazos, velas e imágenes de santos para la celebración. En esta celebración se reparten chicha, café, dulces y hasta comida. En San Felipe se celebran el Barrio El Panteón, en la Av. 2 final calle 11; en el Barrio Cruz Verde, entre otros.

 

LAS RIÑAS DE GALLOS

 

            Es también una tradición muy antigua en la comunidad yacacuyana, consiste en poner a pelear a dos gallos con la intención de determinar cual es el mejor.

            Esta tradición, encierra en su contexto una serie de características particulares, como lo son el lenguaje técnico empleado por los apostadores que nunca falta a la hora de la riña; el empleo de recursos necesarios, como el gallo careador,  que en un determinado momento interviene para probar el brio de los peleadores estelares; el tipo de rodeo o manga donde se realizan los combates.

 

 

TOROS COLEADOS

 

            Es una tradición muy antigua, que también se detecta en otros lugares del estado y del país, consiste en que grupos de hombres o jóvenes, cabalgando sobre sus potro (caballos), obedeciendo a normas estipuladas para ello, corren tras un toro, con el único propósito de asirlo o tomarlo por la cola y hacer que el animal debe dar vuelta completa sobre su lomo.

            Nuestro Estado es uno de los del país que tiene más arraigada la costumbre de celebrar sus fiestas patronales con toros coleados. Cualquiera que se a la festividad a celebrarse, los toros coleados no pueden faltar. Normalmente los trofeos son de relativa importancia y los coleadores de Yaracuy tiene fama a nivel nacional.

            En este estado fue donde surgió la modalidad de coler en un solo estribo  es la sede permanente del “Campeonato Nacional de Campeones de Coleo”.

 

LA PARRANDA DE CALLE

 

            Es una celebración que se realiza en el mes de Diciembre. En este participa el famoso grupo “LUANGO DE VENEZUELA”, en la cual brinda a los asistentes todos u repertorio de rescate musical. Entro los elementos musicales que aparecen en esta parranda tenemos: la mandolina, el violín, el cuatro, la guitarra, el tambor, el furruco, con diferentes estilos musicales y bailes tradicionales regionales y nacionales, como aguinaldos, villancicos, sangueos entre otros.

 

EL BAILE DE LA CINTA

 

            Se basa en la organización de un grupo par de individuos de ambos sexos, quienes son comandados por una persona diestra en el arte de tejer y destejer el mástil o palo de cinta, en lo cual consiste  la diversión; se trasladan de un lugar a otro por las calles, y a las exigencias del público realizan su baile característico. El mástil es elaborado con un maguey de alrededor con 4 mt de largo, este es sumamente liviano y en su parte superior penden las cintas multicolores que cada bailador toma, y bajo el acompañamiento de una polca criolla, merengue, pasodoble  joropo, que ejecuta un conjunto criollo, deleitando a quienes les observan. El traje que utilizan los miembros de la comparsa, es semejante al de la figura que se observa en la baraja española número diez o “sota”! para los hombres; las mujeres se trajean con sus faldas estampadas, amplias y largas, con blusas unicolores todos cubren sus rostros con máscaras sus cabezas con un gorro, mitra o coroza.

 

VELORIO DEL NIÑO DE LOS CACHITOS

 

            Consiste en la adoración de la imagen del Niño Dios, llamado “Niño de los Cachitos”, haciendo alusión a la ejecución de unos cachos de res que se entonan en su festividad. Para la realización de este velorio, la imagen del niño se encuentra en la iglesia del caserío, allí se arregla, mientras en la capilla, se aguarda. Esta es decorada especialmente para ello el día de la víspera de la festividad, el 1ero. de Diciembre. Para el 2 de Diciembre, en la noche todo debe estar listo, se reúnen en la iglesia los cantores y el pueblo en general, para sacar en romería la imagen y cantándole villancicos característicos, lo conducen a la capilla donde realmente se produce la manifestación. Quienes cantan son hombres exclusivamente, conforman dúos en números variados y cantan versos (cuartetos) alusivos a la imagen del redentor hecho Niño, se acompaña de cuatros, guitarra, tambora, furruco y cachos, lo que le da la nominación a la festividad.

            El Velorio del Niño de los Cachitos se celebra en la población de San Javier, Municipio San Felipe. Diciembre es un mes de velorio y adoración al Niño Jesús y en especial al de San Javier, conocido con el nombre de “El Niño de los Cachitos” desde hace más de un siglo.

            Cuenta la tradición que en las aldeas yaracuyanas, se acostumbraba “tomar cachos” (cuernos) para alertar a la población sobre algún peligro  o para convocar a una reunión de interés personal. Cierta vez se escuchó el sonido, infinito, del cacho de venado pero no se había quien lo tocaba. Pasaron  muchos días y siempre al amanecer o por las tardes cuando alumbraba el sol de los venados, el sonido se  repetía en diferentes direcciones sin resultado alguno y se fueron acostumbrando.

            Una lavandera muy piadosa, cuando escuchaba el silbido de aquellos cachitos, se le erizaba la piel, sentía un nudo en la garganta y terminaba haciendo la señal de la Cruz, después de encomendarse a Dios para que le ayudara a resolver el misterio; pero nunca consiguió; así pasaron muchas lunas hasta cuando cierto día, se armó de paciencia y terminando de lavar, se recogió la larga falda, se quitó las alpargatas y de sentó en una piedra en el centro de la corriente. Prendió un tabaco y empezó a fumarlo con la candela para dentro, y entre chupada y chupada, rezaba, mientras sus pies, descalzos, jugaban con la corriente. De pronto sintió que algo liso se interponía entre sus pies y la piedra. Intrigada se inclinó para ver mejor y un rayo de sol rojizo, iluminó un cuerpo brillante. Lo sacó del agua y su sorpresa no tuvo límite cuando reconoció que el objeto que había tropezado era la imagen del Niño Jesús Lo secó con su  ropa y llena de júbilo regresó al poblado mostrando su hermoso tesoro. La sagrada imagen tenía en la cabeza tres haces de rayos, fabricados en oro y a la gente le pareció que eran unos cachitos. Por esa razón lo bautizaron con el nombre de “El Niño de los Cachitos”. La imagen fue recibida en la iglesia del poblado de San Javier de Agua de Culebra, donde se le empezó a venerar.

            El sitio del hallazgo es “El Chorrito” y allí levantaron una cruz en recuerdo al acontecimiento. Al Niño le construyeron su propio nicho, los cachos dejaron de sonar y la población reafirmó su fe cristiana. Desde entonces, el 3 de Diciembre, se le hace su velorio y después sale a visitar a otros pueblos.

            El velorio al Niño es organizado por un grupo de familia que de generación en generación se han ocupado de estos menesteres. El pueblo se orgzaniza en procesión: Adelante van los tocadores de cachitos convocando a los fieles para acompañar la santa imagen, después de recorrer algunas calles, es recibido en una casa donde se hace la ceremonia de recibimiento, colocación, se les prenden velas, se cantan décimas, se reza, se besa la imagen y terminando la parte religiosa se comienza la parranda de aguinaldo hasta el amanecer o hasta cuando el cuerpo aguante. Es una celebración típica del lugar y todavía se practica.

            Se dice que esa imagen era de la Iglesia de presentación en San Felipe y que, posiblemente, los negros de la costa lo dejaron abandonada después del terremoto de 1812 en la huida hacia sus cumbres.